Las empresas deben centrarse en mejorar la competitividad y la clave es el avance del conocimiento, la creatividad y la innovación como herramienta para impulsar el desarrollo económico y social.
Las Pymes representan más del 90 por ciento de las empresas que contribuyen a las economías de la región del APEC: En Malasia, por ejemplo, representan el 99% y contribuyen con el 42% del PBI; sin embargo, su contribución sigue siendo relativamente pequeña debido a las limitaciones relacionadas con su tamaño, capital financiamiento, utilización de la tecnología, la productividad, eficiencia y acceso a mercados, entre otros.
Estas limitaciones significan enormes desafíos para las Pyme, más aún en un contexto de actual desaceleración económica mundial que las obliga a buscar soluciones prácticas y renovar sus estrategias comerciales para capear la crisis y salir en una mejor posición cuando la economía se recupere. Para ello deben centrarse en mejorar aún más la competitividad y la clave está en el desarrollo del conocimiento, la creatividad y la innovación como herramientas para impulsar el desarrollo económico y social.
Cambios radicales
El panorama económico se está moviendo en un ambiente de cambios radicales que se están dando en el mundo: recortes presupuestarios, cambio climático, cambios demográficos y sociales, etc., los cuales suponen un nuevo conjunto de desafíos y oportunidades APRA aquellas empresas capaces de adaptarse.
En este nuevo panorama, las economías de Asia y el Pacífico, así como el mundo en general, están experimentando una importante recesión mundial, la cual ha afectado severamente la demanda interna y el comercio en la mayoría de los mercados desarrollados y emergentes. La crisis financiera mundial también ha contraído seriamente la disponibilidad de crédito a muchas pequeñas y medianas empresas de todo el mundo.
Nuevos desafíos
En el contexto descrito, surge la necesidad de desaprender y reaprender, pues una economía en constante cambio obliga a las pequeñas y medianas empresas a mirar la organización con una visión sistémica, es decir, considerar a la organización como un conjunto ordenado de partes que interactúan entre sí y ven los problemas de una manera integral y global. Y en esta visión global, el Estado y las industrias juegan un rol clave en el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas.
Para ello se necesita un Estado con una visión y un plan nacional, dirigido a:
Promover un entorno empresarial favorable, acuerdos de libre comercio, incentivos para la inversión extranjera y la creación de empresas, fomentar la cooperación, tecnología, parques industriales, la participación efectiva de las Pymes en los proyectos que desarrolla el Gobierno, fomentar la internacionalización de este sector, etc. Aplicación de una ley más decidida contra la piratería, la corrupción, las violaciones de privacidad de datos, etc.
Desarrollar toda una plataforma de mercadeo/promoción/comunicaciones, es decir, inteligencia de mercados nacional e internacional, participación en ferias con delegaciones comerciales y de negocios, intercambio de información con bloques regionales y organismos (APEC, OCDE, ASEAN, etc.).
Educación y formación, gestión de negocios, propiedad intelectual, tecnologías de la información entre las principales.
Las empresas
El desarrollo del conocimiento, la creatividad y la innovación son necesarios para resolver tanto las cuestiones sociales como para impulsar el desarrollo económico. Hay que tener presente que el principal vehiculo para el desarrollo y la difusión de la tecnología en una economía de mercado son las empresas. El éxito de ello depende de su capacidad de emprender y desarrollar nuevas actividades; sin embargo, para ello es necesario un entorno macroeconómico estable, junto con un marco normativo que aplique de manera efectiva los derechos de propiedad y el cumplimiento de la ley, con leyes laborales menos rígidas y no imponer excesivas cargas regulatorias y financieras, entre otros temas.
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