El destacado conductor del programa Somos Empresa, Nano Guerra, considera que nos encontramos en “el segundo tiempo de las mypes”, etapa en la cual la empresa privada se preocupa por ellos: los capacita y apoya económicamente.
Los emprendedores son pequeños empresarios que un día recibieron una pésima noticia que para bien o para mal ha influido decisivamente en su futuro. A unos les hizo virar sutilmente el camino delineado y a otros a cambiar literalmente de vida. Lo último le sucedió a Arturo Vargas, dueño de El escondite del Gordo.
Vargas, un hombre de figura pronunciada y alegría disimulada, inició su negocio tras ser despedido de la empresa donde laboraba como administrador-primer golpe-, a principios de la década de los 90. Luego, con la liquidación obtenida tras su despido puso una tienda en un garaje ubicado en el distrito de San Isidro, a los pocos meses entendió que lo que había empezado como un negocio circunstancial sería en realidad su trabajo a tiempo completo.
Es así que nace el Escondite del Gordo, una tienda que abría a las 8 de la mañana, que al mediodía ofertaba empanadas para los oficinistas que salían presurosos a buscar un almuerzo de bajo costo, y que cerraba a las 10 de la noche con la caja llena. Y que al primer año de creación supo que el cebiche, el plato emblema del Perú, tenía un público que buscaba gastar menos y comer bien.
Pero no todo fue felicidad, las dificultades para la formalización del negocio, así como la pérdida sufrida debido a un robo-segundo golpe- le hicieron creer a Vargas que era tiempo de dimitir, pero su emprendedurismo fue más allá y hoy, 18 años después, está a punto de llevar su negocio al extranjero mediante el negocio de las franquicias.
El primer golpe.
Para Nano Guerra, el golpe inicial (las dificultades antes de iniciar un negocio, el infortunio y los errores cometidos por la inexperiencia) es fundamental en todo microempresario debido al poco apoyo del Estado. “Puede existir (el apoyo gubernamental), pero para que las mypes estén informadas de programas dirigidos hacia ellos debería haber una difusión con gran alcance. Por ahora, el esfuerzo estatal no cumple con las expectativas”, señala.
En el evento empresarial realizado por el BCP el 12 de abril, en el auditorio de la UNI, se convocó a más de 2500 microempresarios de distintas partes de Lima Metropolitana. Aquel día, Walter Bayly, gerente general del BCP, anunció que era el primer evento de los seis que el BCP tenía planeado efectuar en todo el Perú.
“Esta iniciativa busca brindarles herramientas financieras y asesoría a las mypes para que puedan seguir creciendo con sus negocios” dijo aquella noche.
En días posteriores, la Asociación de Exportadores (ADEX) lanzó su programa “Empresa Compite”, cuya finalidad es fortalecer a las empresas a través de iniciativas y proyectos que buscarán que los empresarios adquieran conocimientos para la reducción de costos, así como el mejoramiento continuo de la calidad del producto; es decir, darles a las mypes herramientas para pelear en el mercado.
Y es que este proyecto nace de un contexto de preocupación: En el año 2000 había 757 empresas exportadoras de las cuales en el 2007 solo quedaban 205. Es decir, en siete años, 552 empresas dejaron la actividad exportadora. Por eso, fortalecer a las mypes es una labor a la que Adex se ha abocado en pos de disminuir la alta tasa de mortandad de las mypes exportadoras.
Estas iniciativas son para el economista Edwin Escalante Ramos, fundador y consultor de Invesca, empresa que ofrece capacitaciones para las mypes, una muestra del cambio de actitud del sector privado para con las mypes. Sencillo: las primeras se han dado cuenta que el potencial crecimiento de las mypes las favorece.
Escalante afirma que es un gran paso que las empresas grandes hayan decidido contribuir al desarrollo de las mypes, pues éstas son la base del crecimiento económico peruano.
Mi empresaTeresa Quezada, coordinadora principal de Mi empresa asevera que sí existe el apoyo del Estado para los microempresarios, sobre todo en dos aspectos fundamentales: la formalización y el desarrollo empresarial. Sin embargo, resalta que sin el apoyo de la empresa privada todo sería más difícil.
“El tratamiento de las mypes no solo es trabajo del gobierno, sino de los gobiernos regionales, y desde luego la sociedad, dentro de la cual se encuentra la empresa privada”, afirma Quezada.En cuanto al accionar de las empresas privadas que brindan apoyo a las mypes Quezada cree que “han entendido que parte de la economía es contribución de las mypes.”
Buscando la solución
Pero, ¿Cuáles son las principales dificultades que afronta una mype al intentar ser parte del mercado? El hecho de tener que superar demasiados trámites para ingresar a la formalización, así como la demora en contar con la licencia municipal respectiva son para Edwin Escalante las barreras que muchas mypes tienen que enfrentar generalmente. Un estudio le da la razón: el Informe Global de Competitividad elaborado por World Economic Forum (WEF) ubica al Perú en el puesto 108 cuando se califica el tiempo que demora abrir un negocio formal.
Dejando de lado lo negativo, se puede decir que la fortaleza de las mypes es que son altamente emprendedoras, y tienen trato directo con sus clientes, además su capacidad de flexibilización ante las crisis es alta.
Nano Guerra afirma que estamos calificados como un país altamente emprendedor en todo el mundo y que las cifras de mortandad son consecuencia precisamente del emprendimiento y lo grafica humanamente “Es como en un país que tiene alta tasa de natalidad, necesariamente su tasa de mortalidad se eleva, es sencillo no hay que alarmarnos, hay que aprovechar los tratados de libre comercio, buscar las oportunidades y en eso los microempresarios son especialistas”
Capacitación práctica
Con el acceso a la tecnología y al conocimiento, las mypes tienen una gran oportunidad, a pesar de ello existe la creencia general que los microempresarios que no han tenido una formación superior no puedan llevar estas capacitaciones. Craso error.
“Se puede tener éxito sin haber estado en la universidad” la contundencia de las palabras de Nano Guerra lo hace más creíble. Para él las capacitaciones deben tener un mínimo de marco teórico y mucho de práctico, “ellos aprenden de los errores, por eso se deben buscar las soluciones con la ayuda de casos verdaderos que presenten sus compañeros microempresarios”.
Edwin Escalante, consultor y profesor en Invesca, aprendió de sus alumnos. Él cree que la retroalimentación es importantísima en estos casos y dice que las soluciones están en ejemplos prácticos de cada microempresarios. Por estos días, Arturo Vargas parece ser el nuevo profesor de Invesca en el curso de administración, a petición de Escalante El ejemplo enseña.
